sábado, 13 de julio de 2019

BERLÍN DÍA 6: AUF WIEDERSEHEN!

¡Hola, hola!

Es casi la última vez que os escribo y me quedan taaantas cosas por explicar...

Hoy Ada nos ha llevado de excursión a Potsdam.
Potsdam es una ciudad que está muy cerquita de Berlín, donde se encuentra el Palacio de Sanssouci (significa "sin preocupaciones"), residencia del rey Federico de Prusia y famoso por sus jardines y su diseño rococó. Sólo tiene diez habitaciones, pero aquí lo llaman el "Versailles alemán" y no es para menos...






Uno de los métodos que hemos aprendido en el curso es el "Visual Thinking Strategy" o aprender a través de imágenes. Al rey Federico el Grande, igual que a Federico el guía del martes, le gustaba mucho el arte así que hemos visitado la galería de arte del palacio, que tiene nada más y nada menos que 148 cuadros de pintores como Rubens, Caravaggio y muchos otros que no recuerdo (audioguía, 45 minutos...) y otras tantas esculturas. Federico el Grande, como se le conoce, fue también quien introdujo la patata en Alemania, porque como es un alimento que se descubrió tras la conquista de América y no aparece en la Biblia, se consideraba como algo maligno. Pero el rey Federico consiguió que se cultivaran patatas en Alemania, lo cual supuso un avance grandísimo para combatir el hambre. A raíz de eso, la gente que visita el palacio en lugar de dejar flores en su tumba, deja patatas.
¡Cuánta historia he aprendido! 

En Potsdam también hay un barrio holandés, con un montón de casitas de ladrillo, que fue mandado construir por el rey Guillermo I de Prusia para atraer a artesanos holandeses a la ciudad y que se sintieran como en casa.




Por la tarde hemos vuelto a Berlín, hecho algunas compras y nos hemos sentado en un bar junto al río. ¡Esto es el paraíso de los zapatos! Zapaterías inmensas con números grandes y en oferta... ¡Una auténtica gozada!



Yo creo que las personas somos como los zapatos: que algunas sí, pero otras no; y eso se nota desde el principio porque el entusiasmo se transmite. Yo por ejemplo para comer, no. Entre el "esto no me gusta" y el "esto no me va a gustar" soy más básica que una camiseta de tirantes sin estampado. Sin embargo, lo he sabido disimular y no se ha notado en absoluto: he probado comida italiana, turca, alemana por supuesto, mexicana, hawaiana y vietnamita. Ahí es nada:


Merja, por ejemplo, es que sí. Es de Finlandia y sabe muchas cosas, es de esas personas que transmiten, de las que aprendes, de las que molan. Es muy estricta y muy directa, y cuando empieza a no estar cómoda o hay que irse porque es la hora se empieza a poner nerviosa porque quiere ser educada al decir las cosas, pero le sale ser directa; y a mí me hace mucha gracia. 

María es de Madrid y sí. Le gusta mucho la música y cantar y a veces empieza canciones y yo le sigo y se queda extrañada y dice: ¿pero cómo te puedes saber esa canción? Le pasó con Mocedades, con Albano y si llegamos a estar una semana más quién sabe lo que descubrimos la una de la otra. 

Y Katharina se ha tenido que ir antes, es más reservada, es maestra y sí. Tú la ves y te gustaría que fuese la maestra de tus hij@s o de tus sobrin@s porque es de las que se preocupa y enseña de corazón. 

Nos hemos despedido en un puente cerca de la estación, y hemos tirado una moneda (bueno unas cuantas) al río y hemos pedido deseos. Pero no os los puedo explicar porque si no, no se cumplen...



Y ya os dejo, que voy a ver si consigo cerrar la maleta...

Bueno! Que al final lo del Karaoke no salió, pero cantar, hemos cantado y mucho. No ha sido como en el coche a la vuelta del Mira y Actúa pero ¡casi, casi!

Auf wiedersehen!

1 comentario:

  1. ¡Menuda experiencia te llevas en la maleta, Silvia! Me alegro de que hayas disfrutado tanto del curso y de Berlín. Me ha encantado leer tus aventuras en el blog. Enjoy the rest of the summer!

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