jueves, 11 de julio de 2019

BERLÍN DÍA 4: COMO EN CASA

¡Lo he hecho! ¡He cruzado! Ha sido muy fácil: solo hay que apretar un poco los dientes y el culete y andar deprisa pero sin correr, como haciendo marcha. La próxima vez vuelvo a darle la vuelta a la estación, sin duda.

¡Hola! 

Pues eso, que ya estoy como en casa: me manejo bien con el transporte público y no tengo que estar mirando las paradas todo el rato porque ya sé reconocer las mías cuando las avisan, pido el café todas las mañanas en alemán y si no fuera porque llevo ropa de verano, hasta pasaría por una de ell@s. Me gusta llegar al metro y encontrarme cada mañana con la misma gente. Hay una señora que acompaña a su hija a algún cole y tampoco deben ser de aquí porque no se aclaran muy bien con los tickets y me sonríen cuando me ven. 😊

El curso sigue siendo muy productivo, aunque lo que Ada nos ha explicado durante la primera parte de hoy ya lo había trabajado en los cursos de formación del instituto. Después del café hemos seguido trabajando en nuestros proyectos y diseñando las actividades y el material para cada sesión. Al final pasa lo de siempre, que primero no sabes por dónde empezar y luego tienes que recortar de todas partes porque te habías propuesto un proyecto para un trimestre y necesitas tres cursos para llevar a cabo todo lo que tienes en la cabeza. Así que entre las tres hemos ido concretando y la idea es que aprovechando el tema de la nutrición en Biología, reflexionen sobre su alimentación y puedan elaborar un menú completo y saludable. Y como en los tres institutos hay restaurante/cafetería, imaginad cuál sería la segunda parte del proyecto. 


Ada está muy contenta, yo creo que nos va a firmar los diplomas a todas...

Y después del curso nos hemos dado un poco de tiempo libre. Yo me he ido primero a la East Side Gallery, que es el mayor trozo que se conserva del muro de Berlín en el que much@s artistas de todo el mundo han dejado sus huellas expresando su esperanza por un futuro mejor. Mide más de un kilómetro y hay graffitis de muchos tipos. 

Os dejo la foto del más famoso, que me he tenido que pasear cuatro veces para ver si no había gente, he hecho veinte intentos de selfie, y menos mal que he oído a unas chicas andaluzas y me han hecho ellas una foto muy amablemente...



De allí he ido hasta Alexanderplatz, donde hay un montón de edificios, la famosa Torre de Comunicaciones de Berlín y el Reloj Mundial, que va rotando y muestra la hora de todo el mundo. También hay un montón de restaurantes y tiendecitas de esas que todo es tan caro, pero una de las compañeras me había recomendado una en concreto, así que he ido a comprar imanes con la lista para no dejarme ninguno y alguna que otra cosita. 




Y de allí me he ido al apartamento porque esta noche íbamos a ir al Karaoke, pero resulta que está un poco lejos de donde vamos a cenar y que ya lo dejamos para mañana. Esto de la distancia...es un poco relativo. Igual pensáis que soy una pesada con las tres paradas de metro y 14 de tranvía que tengo hasta la escuela y que es normal viviendo en la ciudad; y sí, el transporte público funciona de maravilla y estoy en un apartamento que es bueno, es bonito y digamos que barato, pero yo anoche cuando llegué a casa me encontré una zapatilla en el suelo que dicen que no se toca, que es de un tal señor que la perdió en su día y jamás volvió a buscarla... así que allí sigue. 

¿Y sabéis qué? Que aquí en Alemania no sólo reciclan un montón y te devuelven el dinero de las botellas de plástico, ¡también ahorran un montón de agua! Aquí eso de que abres el grifo y esperas hasta que sale agua caliente no pasa. Abres el grifo y sale agua, ya lo de la temperatura depende de la posición del grifo. Entonces claro, tú entras en la ducha el primer día y haces como en casa: mueves la palanquita hasta donde consideras que puede estar bien, abres y dejas chorrear un ratito hasta que se vaya templando... y te abrasas la pierna. Y el segundo día ves que todavía te queda rojo, te acuerdas y la pones un poco más fría por si acaso. Y lo de la ducha ya lo aprendes. Pero como no puedes estar a taaantas cosas a la vez en tan poco tiempo, te lavas las manos en cualquier otro sitio y te vuelves a quemar; y como pica y no se puede disimular, la de tu lado encima se ríe. Y a ver, que esto en realidad está muy bien porque son muchísimos litros de agua que se ahorran, pero ojo, que vas moviendo y ¡puedes viajar de Siberia al Caribe en cuestión de segundos!

Vamos, que nos queda todavía un largo camino que recorrer... y nunca mejor dicho, porque hoy vamos a cenar a la española así que me tengo que ir al tranvía de nuevo. 

¡Un besazo!



1 comentario: